CÓMO INCULCAR VALORES A NUESTROS HIJOS : REFLEXIONES Y UN PEQUEÑO EJERCICIO
12:18
Dentro de este apartado de reflexiones no podía faltar parte de lo que considero más importante y que trato de hacer cada día con mi hijo mayor (el pequeño con 4 meses aún no me entendería me temo), pero el mayor que ya tiene 6 años ya es capaz de comprender mucho más de lo que a veces imaginamos los padres. De hecho, es importantísimo estar atento a cada oportunidad que surja de enmendar unos valores o creencias que él va depositando a través de la rutina y de la vida diaria o de lo que la sociedad a veces crea a través de anuncios y demás de las que no somos conscientes.
Y todo esto viene a que ayer por la tarde, casualmente, aproveché uno de estos momentos que me dio la vida y que os comento que son justo de los que hay que estar atentos para poder aprovecharlos porque son de una valía inconmensurable. Al menos, para mí lo es y lo seguiré haciendo siempre que pueda porque los niños son el futuro y en base a lo que depositemos en sus creencias dentro de lo que cabe, llegarán a ser adultos responsables con unas características limitantes determinadas.
Bueno, ayer por la tarde, como os decía, fuimos a comprar después del parque unos cromos que él quería junto con su primo. Me llevé a los dos renacuajos (él de 6 y su primo de 4 recién cumplidos) a la tienda y al llegar ahí pidieron uno cada uno. Cuando fui a pagar pregunté el precio y como me pareció que estaba bien pues quise tener un detalle y le dije que me diera uno más de cada, para cada uno. Hasta ahí todo normal hasta que me dan las gracias, les veo super contentos y al salir de la tienda oigo a mi hijo que le dice a su primo según iban andando: Jo, cómo mola, nos ha comprado dos a cada uno! Sí que nos quiere mi madre!
Así que ahí fue el momento justo en el que actuar, no antes ni después. Llamé al pequeñín para que me mirara, me agaché hasta su altura (cosa que parece una tontería pero siempre hago y me parece fundamental cuando vamos a hablar con los niños) y con una voz dulce y suave le dije: cariño, yo no os quiero más por compraros dos que por compraros uno. Si te hubiera comprado uno te querría exactamente igual o si no te hubiera comprado ninguno también. El amor no tiene nada que ver con el dinero ni con las cosas que compramos a las personas a las que queremos. Y entonces usé un ejemplo, que siempre me gusta hacer esto para que él pueda asimilarlo mejor y le pregunté si él me quería menos por no comprarme él la ropa que me pongo. Y me dijo: no, mami, yo te quiero siempre. Así que volví a repetirle que el dinero no tiene nada en absoluto que ver con el amor que sentimos hacia nadie y me dijo: vale.
Ahí acabó la conversación pero después estuve reflexionando porque hay tanta información circulando de acá para allá, que es fundamental que desde pequeñitos tengan una base bien asentada sobre la importancia real de cada tema en concreto. Las cosas que son superficiales de las que no lo son, para que al llegar a la vida adulta tengan unas herramientas sobre las que poder trabajar y con las que valerse cuando tengan que tomar decisiones o formarse creencias o juicios hacia las cosas o personas.
Cada pequeña frase de juicio que un pequeñín emite lo hace desde lo que va aprendiendo poco a poco y es ahí desde donde podemos actuar. Más que nada porque viendo que cada vez valoramos menos las cosas que de verdad importan en favor del "postureo"o del a ver quién tiene más, les hacemos creer que se vale más por lo que se tiene que por lo que se es y al final sólo entienden que el valor se le da a una persona en función de lo que ofrece al exterior en lugar de valorar lo que tiene en su interior.
Después, llegan los problemas de autoestima que acuciamos ya en la edad adulta y del que muchos adolecemos... fijaos que solo os voy a proponer una cosa y es que, de manera interna, para que no os de mucha vergüenza, seais capaces de miraros a un espejo y pensar y deciros para dentro si queréis: Me quiero! o cuánto me quiero o cómo me quiero! esto me da igual... pero a ver si es verdad que sois capaces de creerlo cuando lo hagáis que seguro que os cuesta hacerlo mucho más de lo que pensáis, porque en esta sociedad al final no sabemos ni quiénes somos sino sólo lo que tenemos, no sólo de manera material como un coche o una casa sino también muchas veces nos definimos con lo que hacemos en cuanto a profesión o hobby... ni siquiera muchos adultos, la mayoría, sabe decir quién es, sólo lo que tiene o a lo que se dedica... y si hacéis el ejercicio del espejo y conseguís sentir que os queréis mucho de verdad y no sentis ningún tipo de vergüenza o sensación de bloqueo o rechazo, enhorabuena!! vuestros padres y formadores hicieron un genial trabajo o, al menos, habéis sabido aprovechar vuestra experiencia para crecer vosotros como personas...
Por eso digo, que una mínima frase en un mínimo momento dado que parece tan sumamente insignificante... puede marcar valores mucho más importantes de lo que imaginamos así que si bien hay que tratar de hacerlo con uno mismo, porque los niños al final aprenden con lo que ven y con el ejemplo, qué menos que no sólo seamos un buen ejemplo para ellos valorándonos a nosotros mismos por lo que somos y no por lo que tenemos, que además hacerles a ellos el regalo de la sabiduría que vamos adquiriendo con los años y no dejar pasar esas oportunidades para poder aprovechar y sacar nuestro lado "sensei-darcerapulircera" con ellos, para que de mayores tengan unas herramientas mucho mayores que las que muchos de nosotros tenemos incluso hoy en día.
Y ya termino diciendo que si esto es importante con 4 o 6 años, imaginad en la adolescencia y más hoy en día con la cantidad de redes sociales que hay en las que sólo se muestra lo que uno tiene para que sentir que los demás "le van a querer más"... ahí dejo la reflexión del día.
Un besazo y ya me diréis qué sentís cuando hacéis el experimento del espejo... a ver qué os mueve por dentro si queréis compartirlo conmigo y si también hacéis de "coach" para vuestros retoños, que yo reconozco que a mi es algo que me encanta.
Aparichi
4 comentarios
No piedo decirlo sintiéndolo de verdad. Imposible de todo punto. Me encanta saber q hay gente como tú. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenísima reflexión!!!! Me ha encantado. Saludos desde locura de lectura
ResponderEliminarMe parece muy acertada tu reflexxión y tu conducta.
ResponderEliminarEl que te agaches a su altura es muy importante, aunque hay quien no lo entienda, pero es una forma de ponerse de igual a igual, sin perder tu posición como madre.
Los ejemplos soon fundamentales en niños y en adultos, nunca se termina de aprender.
Besos!
Cuanto más conozco de ti y de tu manera de educar más identificada me siento con las cosas que tengo pensadas hacer. De momento es demasiado pequeño (trece meses) pero si que intento tratarle siempre con mucho cariño, hasta cuando es "no" porque entraña un peligro.
ResponderEliminarLo de colocarnos a su altura no es una tontería, te colocas a su altura para inspirar otro tipo de complicidad. Hablarle desde lo alto a veces es como hacer entender que estás por encima y para razonar no es bueno (o cuanto tienen una rabieta, amor y estar a su altura es el mejor truco).
¡un besote!